COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE

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Las C.E.Bs. Algo antiguo y algo nuevo


Se entiende por Comunidad Eclesial de Base (C.E.Bs) un grupo pequeño en el cual sus integrantes se conocen, comparten su vida, celebran su fe y se ayudan mutuamente a vivir plenamente su compromiso en la construcción del Reino.

La Iglesia es el Pueblo de Dios y en cada momento histórico va descubriendo e implementando nuevas formas de organización que ayuden a interiorizar los valores evangélicos, ofreciendo una respuesta a los signos de los tiempos.

 

Las C.E.Bs. Una actualización de las primeras comunidades cristianas


Las Comunidades Eclesiales de Base reproducen, en cierto modo, la estrategia pastoral de la Iglesia primitiva y algunos rasgos de la primera evangelización latinoamericana. Ellas quieren ser la expresión actualizada más parecida a las primeras comunidades cristianas descritas en los Hechos de los Apóstoles:

“Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a la oración… Todos los creyentes vivían unidos y compartían todo cuanto tenían. Vendían sus bienes y propiedades y se repartían de acuerdo a lo que cada uno de ellos necesitaba” (Hch. 2, 42-46).

“La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como suyo lo que poseía, sino que todo lo tenían en común. Dios confirmaba con su poder el testimonio de los apóstoles respecto de la resurrección del Señor Jesús, y todos ellos vivían algo maravilloso. No había entre ellos ningún necesitado, porque todo lo que tenían, campos o casas los vendían y ponían el dinero a los pies de los apóstoles, quienes repartían a cada uno según sus necesidades”. (Hch. 4, 32-36).


Las C.E.Bs.: en la línea del Concilio Vaticano II, de Medellín y Puebla


La experiencia latinoamericana de las Comunidades Eclesiales de Base brota de la renovada eclesiología del Concilio Vaticano II. Dice el Concilio:

“La Iglesia avanza con toda la humanidad, experimenta la suerte terrena del mundo y su razón de ser es actuar como fermento y alma de la sociedad” (GS. nº 40).

Las Comunidades de base “surgen y se desarrollan en el interior de la Iglesia, permaneciendo solidarias con su vida, alimentadas con sus enseñanzas, unidas a sus pastores. Nacen de la necesidad de vivir todavía con más intensidad la vida de la Iglesia o del deseo de una dimensión más humana que difícilmente pueden ofrecer la comunidad eclesial, sobre todo en las grandes ciudades contemporáneas que favorecen el anonimato y la masificación… Se quieren reunir para escuchar la Palabra de Dios, para los sacramentos, el ágape fraternal de las personas que la vida misma encuentra ya unidas en la lucha por la justicia, la ayuda fraterna a los pobres, la promoción humana”… (Pablo VI. E.N. n. 58)

La doctrina de PUEBLA sobre las CEBs. es muy rica y abundante: Extractamos algunas ideas al respecto:

– Las CEBs. son “puntos de partida en la construcción de una nueva sociedad”.
– “Focos de evangelización y motor de liberación y desarrollo”.
– “Expresión del amor preferente de la Iglesia por el pueblo sencillo”.
– Las CEBs. “explicitan la vocación de comunión con Dios y con sus hermanos”.
– “Ofrecen posibilidad concreta de participación en la tarea eclesial y en el compromiso transformador del mundo”.
– En las CEBs. “se expresa, valora y purifica la religiosidad popular”
– “Esas pequeñas comunidades son esperanza de la Iglesia” y “ambiente propicio para el surgimiento de nuevos servicios laicales”.
_ “Ellas promueven un compromiso mayor con la justicia en la realidad social de sus ambientes”
– La CEB es una comunidad de fe, esperanza y caridad, celebra la Palabra de Dios en la vida, a través de la solidaridad y el compromiso con el mandamiento del Señor y hace presente y actuante la misión de la Iglesia”. (Puebla ns. 641, 642, 643 y 629).

 

Resumiendo


1. Las CEBs. tratan de reactualizar las características y el dinamismo de las primeras comunidades cristianas, tratando de adaptarlas a los tiempos actuales.

2. Las CEBs. nacen inspiradas por la teología renovada del Concilio Vaticano II y por Medellín y Puebla.

3. La Iglesia las considera como focos de liberación y el ambiente propicio para el surgimiento de nuevos ministerios laicales.

 

Diferencias entre “comunidad” y “grupo”


El “grupo” es transitorio, excesivamente homogéneo, cerrado y muy uniforme; en cambio, la “comunidad” es más permanente; buscando dar una respuesta global a los desafíos de la vida, integrando a diversidad de personas (hombres, mujeres, jóvenes, ancianos…). La “comunidad” es pluralista. La homogeneidad viene dada en cuanto a todos tienen metas e intereses comunes.

 

Cómo iniciar una Comunidad Eclesial de Base


La unidad en la diversidad

Existen diversas maneras o situaciones desde las cuales puede nacer una CEB.

Unas CEBs. nacen por iniciativa de personas vinculadas a organizaciones cristianas de apostolado. Otras por intermedio de grupos bíblicos. Otras surgen por iniciativa de algún sacerdote, religiosa o laico. No pocas CEBs. han nacido al impulso de personas con grandes inquietudes sociales que buscan dar a su compromiso una dimensión más cristiana.

 

Algunas CEBs. están integradas por grupos muy heterogéneos: mujeres, hombres, jóvenes, obreros, sirvientas, amas de casa, personas de clase media… etc.

 

Lo importante es que todos sus integrantes tengan claro desde un principio cuál es el objetivo principal de una CEB: compartir su vida y su fe, escuchar juntos al Dios que nos habla y comprometernos con nuestros hermanos, sobre todo con los más pobres.

 

Para iniciar una CEB es muy importante aclarar desde el comienzo cuáles son sus características fundamentales:

 

CUADRO

 

Ser comunidad de hermanos

En la comunidad se comparte la vida y la fe, promoviendo un verdadero espíritu de igualdad. Para ello debe darse:

• Profundo sentido de pertenencia al grupo.
• Corresponsabilidad y plena participación de todos.
• Solidaridad y ayuda mutua.
• Alegría fraterna.
• Ideales y compromisos idénticos.

 

Vivir la fe en Jesucristo

 

Al iniciar una CEB respondemos a un llamado del Señor Jesús que nos convoca a la comunidad de sus discípulos.

Con esa fe nos acercamos y vamos conociendo la Biblia que no es un libro de ciencias sociales. Es la historia de un pueblo que encontró la presencia de Dios en su caminar. La Biblia nos da la posibilidad de reconocer las diferentes formas en que Dios actúa en la historia de las personas y del pueblo. En la Biblia podemos descubrir dónde y cómo actúa Dios.

 

Nuestra fe nos invita a orar en comunidad. A través de la oración se unen los integrantes de una comunidad como hijos de un mismo Padre.

Como la verdadera oración nace de la vida, ésta debe ser creativa, por medio de formulaciones espontáneas, de cantos, de símbolos, de gestos externos… etc.

 

Dios habla al hombre a través de personas, de acontecimientos, de situaciones… Nos muestra caminos y nos invita a actuar para cambiar nuestro mundo. Quedarse sólo en una oración sin compromiso, es no asumir la misión a la que Dios nos llama.

 

Compartir la vida con nuestros hermanos (Compromiso)

 

La vida, con todos sus problemas y en todas sus dimensiones, debe estar presente ya desde las primeras reuniones: el trabajo, la familia, la educación de los hijos, los problemas del barrio, la realidad social y política… Por eso:

 

• Tratan de analizar la realidad y responder a sus desafíos.
• Se sienten interpelados por la historia y por los acontecimientos.
• Quieren ser factor de promoción humana, de desarrollo y de liberación integral.
• Denuncian los antivalores de nuestra sociedad de consumo.

 

El Método y la Pedagogía en las C.E.Bs.


El método inductivo

 

El mundo no está hecho para la Iglesia, sino la Iglesia para el mundo. Lo mismo que Cristo al encarnarse acepta una total humanización, la Iglesia debe humanizarse y orientar, partiendo de las realidades de la historia.

Desde la base de esa aceptación y esa solidaridad habla el Concilio Vaticano II en la “Gaudium et Spes”. El Papa Pablo VI define muy bien las líneas de esta nueva orientación metodológica. Veamos uno de los textos más claros:

“Incumbe a las comunidades cristianas analizar con objetividad la situación propia de cada país, esclarecerla mediante la luz de la Palabra inalterable del Evangelio, deducir principios de reflexión, normas de juicio y directrices de acción, según las enseñanzas sociales de la Iglesia tal como han sido elaboradas a lo largo de la historia (OA.4).

 

El texto nos señala claramente un cambio metodológico, sin que eso quiera decir que se cambien los contenidos. Ya no se trata de una “doctrina” que ha de ser enseñada, para que se aplique indistintamente a situaciones tan diferentes, sino que son las mismas situaciones las que se convierten en “lugares teológicos” de un discernimiento que habrá de hacerse a través de la lectura de los “signos de los tiempos”.

 

Estamos frente a un método no deductivo, sino inductivo. Ya no se deducen consecuencias partiendo de unos principios abstractos, sino que se comienza por observar la realidad en la que se llegan a descubrir con la ayuda de esas enseñanzas, unas potencialidades evangélicas transformadoras.

 

Nada ha cambiado pero ha cambiado todo. Además, este cambio metodológico no es algo meramente técnico. Se desprende de la naturaleza misma de la Iglesia que se define, no como una realidad absoluta, sino por su presencia salvadora en el mundo. El mundo y sus realidades son el lugar en donde el cristiano discierne las llamadas del Evangelio.

 

Características del Método Inductivo

 

El gráfico siguiente nos muestra las distintas instancias que implica este método tan lógico:

 

Método Inductivo: Ver, Juzgar, Actuar

 

Ver Objetivamente

 

• Conocimiento personal directo.
• Experiencia de otras personas.
• Estudios y análisis científicos.
• Otras lecturas.
• Actitud de aprender.

 

Juzgar Evangélicamente A la luz de:


• La Palabra de Dios.
• El Magisterio Ordinario y Extraordinario de la Iglesia.
• La Tradición y el “Sensus Fidelium”
• El Juicio de la comunidad.
• Las motivaciones evangélicas.

 

Actuar Cristianamente


• Compromiso cristiano personal.
• Compromiso comunitario.
• Labor de concientización.
• Animación pastoral
• Animación promocional.
• Testimonio personal y comunitario.

 

Las C.E.Bs. tratan de:

 

• descubrir la realidad sobre la que actúan.
• diagnosticar sobre esa misma realidad con la ayuda de las ciencias humanas y fundamentalmente a la luz de la FE.
• transformar esa misma realidad según el plan liberador de Dios.

 

Esta forma de desarrollar una reunión recibe el nombre de “Método Inductivo”, ya que se parte de los hechos concretos y de los desafíos que nos presenta la vida. No se parte de principios abstractos o de ideas preconcebida como lo hace el “Método Deductivo”.

 

El gráfico siguiente muestra las distintas instancias que implica este método tan lógico y, a la vez, tan sencillo:

 

CUADRO

 

Este método es dinámico y dialéctico (es lo que quiere expresarse con las “flechas” que sugieren un movimiento continuo y con el “círculo” que indica mutua relación entre el “VER”, el “JUZGAR” y el “ACTUAR”. En cierta manera, en el “VER” ya está el “JUZGAR” y el “ACTUAR”. Por otro lado, el “ACTUAR” nos ayuda a pasar a unos nuevos “VER” y “JUZGAR” mucho más profundos e iluminadores.

 

“VER”

Reunidos en una humilde casa perteneciente a uno de los miembros, o en un galpón, o en el salón parroquial… los participantes de la Comunidad Eclesial de Base comienzan, después de unas breves palabras de acogida o de una corta oración improvisada, a exponer sus problemas que, generalmente, son los mismos desafíos que en ese momento enfrenta la mayoría de la población de la zona: costo de vida, deficiencias en los medios de comunicación, falta de vivienda, de agua corriente, de luz eléctrica, de escuela… mortalidad infantil, epidemias, desempleo, falta de medicinas, de atención médica, sequía, inundaciones, falta de mercados, divisionismo dentro de la comunidad…etc. Los problemas son muchos, son graves y de difícil solución. Hay que seleccionar uno o dos. Tampoco conviene empezar por aquéllos que son más graves, ya que éstos suelen ser los de más difícil solución. El grupo debe ser realista. Es mejor comenzar por aquellos que ofrecen una solución posible e inmediata.

 

Pero lo principal no es llegar inmediatamente a soluciones concretas. Lo importante es analizar todas las posibles dimensiones del problema específico que se quiere solucionar. Hay que llegar, sobre todo, a descubrir las causas profundas y reales que lo han originado.

 

¿Es el barrio el principal causante del problema? ¿Son algunas personas aisladas? ¿Es el Gobierno? ¿Es el sistema económico-social vigente? ¿Son causas ajenas al propio país…?. A estas explicaciones y análisis sencillos es lo que se denomina el “VER”

 

“JUZGAR”


Una vez analizado el problema en sus diversas dimensiones el grupo pasa al “JUZGAR”. ¿Qué haría Jesús frente a esta situación? ¿Qué deberíamos hacer nosotros como cristianos? ¿Qué juicio le merece a la Iglesia este problema? ¿En qué medida o en qué aspecto podríamos colaborar para el cambio…? Estas y otras muchas preguntas, así como la reflexión que las acompañan, van ligadas siempre con alguna lectura o pensamiento bíblicos. Comúnmente alguien lee un pasaje, en particular del evangelio. En los grupos más avanzados se recurre también a otros pasajes, tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento, así como a los Documentos de PUEBLA, de MEDELLIN, de VATICANO II u otros escritos iluminadores.

 

Importa llegar, sobre todo en esta parte, a un convencimiento pleno de que la acción que se proponen realizar es algo querido por Dios y que responde plenamente, en este momento y en este lugar, a una exigencia de la conciencia cristiana.

 

“ACTUAR”

El grupo está así preparado para entrar en la tercera parte de la reunión: “ACTUAR”. Es la decisión grupal de hacer algo determinado para intentar solucionar, al menos en parte, el problema planteado.

El grupo también puede delegar a una o varias personas una determinada responsabilidad, si así lo requiere la naturaleza del asunto.

 

Algunos consejos prácticos para aplicar el método

Debemos insistir en que todo este proceso no se desarrolla de un modo mecánico. Puede ser que un solo problema ocupe varias reuniones y hasta meses de intenso trabajo. Por ejemplo, el exigir precios justos para los productos agrícolas de la zona, o el traer agua corriente a una población rural, o el hacer las necesarias gestiones para que en el barrio se establezca una posta sanitaria, implican esfuerzos prolongados y no siempre fructíferos.

Por eso mismo es mejor empezar por aquellas cosas que son fácilmente realizables. Estos pequeños éxitos darán, además, más consistencias y confianza en sí mismo al grupo.

 

No es conveniente tampoco comenzar por aquellos problemas que pueden ser más conflictivos, como el suprimir totalmente las bebidas alcohólicas en las fiestas religiosas, o el luchar cerradamente en contra de ciertas expresiones mágicas de la religiosidad popular. Es mucho más prudente el tratar de solucionar los problemas que afectan a la mayoría de la población y en lo cual todos están de acuerdo. Estos triunfos se celebran después comunitariamente en el grupo, creando optimismo y mayor cohesión.

Tampoco se debe entender este método de una forma lineal. Cada uno de los momentos tiene relación con los otros dos. La propia evaluación que se hace en la reunión siguiente sobre el compromiso asumido sirve para “VER”, no sólo los errores posibles que se han podido cometer, sino también para analizar con más profundidad el mismo problema. Lo que importa es ir despertando la conciencia crítica de los participantes y avanzar, corrigiendo los errores, tanto técnicos como políticos o religiosos, que se han podido cometer.

 

Con este método las C.E.Bs. superan todo dualismo que tan presente está en la práctica de tantos y tantos que reducen el “ser cristiano” al ámbito de lo intelectual o a rígidos esquemas de moralismos individualistas.

Relacionando y articulando la fe con la vida

 

Este método permite también que la Iglesia, a través de las C.E.Bs., retome el sentido evangélico de ser fermento en la masa y luz en el mundo.

La articulación dialéctica entre la fe y la vida es el rasgo más específico y distintivo de las CEBs. sus miembros no conflictúan la oración con la acción, la fe en Dios con la lucha sindical, el trabajo pastoral y la acción política, la participación en la Eucaristía y la vivencia de la caridad fraterna. Tanto en su vida de trabajo, como en su vida de grupo, ambas dimensiones están íntimamente unidas.

 

Los miembros de las C.E.Bs. saben que su compromiso cristiano no se agota en el esfuerzo por el desarrollo del barrio, o en la lucha sindical o en la participación política, pero también saben que su fe religiosa o su oración sólo merecerán credibilidad en la medida en que se vinculen a los sufrimientos y a las legítimas luchas del pueblo.

 

No pocas veces los miembros de las C.E.Bs. dedican largos ratos a la oración, al culto litúrgico, a la meditación, pero no les lleva a ello la actitud evasionista de establecer rígidas separaciones entre la fe y la vida. En su fe y en su plegaria está presente el mundo por el que trabajan, y en el mundo en el que trabajan están presente su fe y su oración. Sin duda que a veces ha de existir una separación cronológica de horarios, pero nunca ha de haber una división en su intencionalidad que siempre es unitaria.

A las personas sencillas de nuestro pueblo les es mucho más fácil y normal el vivir esa unidad. Los que, a este respecto, tienen más problemas, son los agentes de pastoral, excesivamente clericalizados e intelectualizados, ya que la distinción entre “hombre” “cristiano”, “padre de familia”, “sindicalista” y “miembro de la C.E.B.”, implica diversidad de funciones en la vida pero no implica división de su vida misma.

 

La fe no establece metas concretas o estrategias definidas. Enuncia principios, pero no especifica su aplicación práctica. Establece normas, pero no acciones concretas. Exige que la justicia reine en el mundo, pero no determina los caminos que debemos seguir para lograr establecerla. Es justamente en las Comunidades Eclesiales de Base donde se busca concretizar la “encarnación” de los principios de la fe en la vida, donde se quiere dar respuestas definidas y concretas, determinadas por el “aquí” y el “ahora”, a las exigencias prácticas del evangelio.

 

El papel del “Animador” en las C.E.Bs.


¿Qué es un animador?

 

Como lo dice la palabra, “animar” es dar vida. El “animador” en la CEB es el encargado de crear el ambiente propicio para el crecimiento de las personas y para que la comunidad logre sus objetivos.

Esto no significa que el “animador” actúe solo. Debe ser capaz de lograr la máxima participación de todos.

 

El animador al servicio de las personas

 

El animador debe ayudar al crecimiento de las personas. Toda persona tiene una necesidad básica que deben tenerse siempre en cuenta. Estas necesidades fundamentales de las personas son tres:

 

1. Necesidad de amar y ser amado

 

La satisfacción de esta necesidad se logra cuando hay relaciones de verdadera fraternidad en el grupo.
Se empieza por conocer el nombre de las personas, su trabajo, sus proyectos, sus dificultades… Esto significa el ir compartiendo sus alegrías y solidarizándose con sus problemas y dolores.


El “animador” trata de que toda persona se sienta acogida de tal modo que pueda comunicar su aporte insustituible.

 

2. Necesidad de participar, aportar y trabajar

 

Toda persona tiene necesidad de aportar, de trabajar, de sentirse útil.
Pero el principal trabajo no está dentro de la CEB sino fuera de ella, en el mundo donde se construye el Reino de Dios.


El “animador” tendrá que recordar esto cuando el grupo tienda a replegarse sobre sí mismo. Tendrá que fomentar una mirada a replegarse sobre sí mismo. Tendrá que fomentar una mirada crítica al analizar la realidad y ayudar a proponer acciones factibles, ya que nuestra vida como cristianos se realiza a través de un compromiso real y concreto con nuestro pueblo y nuestra fe.

 

3. Necesidad de dar sentido a la vida.

 

El “animador” debe ayudar a que cada persona se sienta realizada dentro del grupo. que su vida encuentre un sentido. Ese sentido lo encontramos a través del conocimiento de Dios que nos ama y nos perdona y por la entrega generosa a nuestros hermanos.

 

Podemos resumir estas tres funciones del “animador” en el siguiente esquema:

 

Necesidades fundamentales de la persona

 

1. Amar y ser amado

2. Participar y trabajar

3. Dar sentido a la vida

 

Funciones del Animador


- Crear un ambiente de hermandad
- Facilitar el conocimiento mutuo
- Estimular los aportes personales
- Crear unidad en el grupo

- Recordar que la CEB no es para sí misma sino para los de afuera.
- Ayudar en el análisis crítico de la realidad.
- Proponer proyectos o acciones posibles y realizables.

- Presentar la persona de Jesús como el ideal que debemos trazarnos.
- Descubrir la riqueza y la fuerza que está latente en la Biblia.
- Impulsar a salir de sí mismo para entregarse a los demás.
- Fomentar la oración comunitaria y personal con creatividad y espontaneidad.

 

El animador al servicio de la comunidad

 

El animador influye en el tipo de comunidad que se está formando. La CEB debe lograr la unión entre la fe y la vida. La vida se une y se ilumina con la Biblia en la comunidad.

Estos son los 3 actores en el crecimiento de la vida cristiana. Estos actores deben estar articulados y esa es la función principal del “animador”.

En el siguiente esquema vemos las funciones del “animador” en las tres áreas:

 

PRIMER ACTOR: LA VIDA

 

1. La vida en toda su amplitud: personal, familiar, social, histórica, política…
2. Analizar los hechos y descubrir sus causas profundas.

 

FUNCIONES DEL ANIMADOR


Prestar atención a las distintas dimensiones de la vida.
Evitar reducirla a una sola dimensión.
Promover una actitud crítica frente a la realidad.

 

SEGUNDO ACTOR: LA BIBLIA

 

1. La Biblia es la segunda Palabra de Dios que nos ayuda a escuchar a Dios que nos sigue hablando hoy.
2. La Biblia es una guía para descubrir a Dios en nuestra vida.

 

FUNCIONES DEL ANIMADOR


Relacionar la vida de hoy con la historia del Pueblo de Dios en la Biblia.
Ayudar a descubrir lo que hoy nos dice Dios por medio de su Palabra. Relacionarla con nuestra vida y la del grupo.

 

TERCER ACTOR: LA COMUNIDAD

 

1. La comunidad hace oración desde la vida. Dios nos habla y nosotros le hablamos.
2. La CEB ayuda al crecimiento de sus integrantes en la fe y en el amor mutuo.

 

FUNCIONES DEL ANIMADOR


Promover un ambiente de oración comunitaria espontánea.
Lograr que haya verdadera comprensión y auténtica amistad entre todos.

Características de Animador

El animador está al servicio de las personas, de la comunidad y de la reunión. Según estas tres funciones podríamos ver las características y cualidades que debe desarrollar.

 

CUADRO

Lo que un “animador” no es ni deber ser

 

No hay que confundir las funciones del “animador” con las de un dirigente o presidente de una asociación, donde asumen papeles directivos, y aún impositivos, sin respetar las opiniones y la dinámica del grupo. El “animador”, como coordinador de la CEB, estimula permanentemente a un diálogo enriquecedor y hacia la plena participación de todos en todo. Su liderazgo es más de servicio que de dirección. Busca que el grupo crezca en madurez, en comprensión mutua, en solidaridad, en conciencia crítica…

 

En resumen, el “animador” no es:

 

- un presidente que manda
- un dirigente que no escucha
- un personaje que siempre tiene la última palabra
- un politiquero que manipula al grupo
- un señor que se manda la parte.

El uso de la Biblia en las C.E.Bs.

 

Para vivir nuestra fe como auténticos cristianos necesitamos una comunidad.
La Biblia es la historia de un pueblo, de una comunidad. Fue escrita comunitariamente a lo largo de muchos años. La Biblia nació en un pueblo y en una comunidad que quiso ser fiel al proyecto de Dios: ser un pueblo libre y fraterno.

 

La Biblia debe ser leída en una comunidad de fe y en una comunidad que es solidaria con sus hermanos, sobre todo los más pobres. “Comunidad”, “Biblia” y “Realidad” son tres elementos inseparables. Lo vemos en el

siguiente esquema:

 

CUADRO.

La Comunidad


Sin la comunidad caemos en el individualismo antievangélico. La Biblia es la historia de un pueblo que es releída por otro pueblo a la luz de la fe.

 

La Biblia se parece al álbum de fotografías que guardan muchas de nuestras familias. De vez en cuando se miran esas fotografías. Los padres comentan y cuentan la historia de cada una de ellas. La Biblia es el “álbum de fotografías de la familia de Dios”. En las reuniones y en las celebraciones el pueblo mira sus “fotografías” y comenta las historias contenidas en ellas. La Biblia debe ser leída y comentada en comunidad.

 

La lectura de la Biblia, Palabra de Dios


El primer libro que Dios escribió para nosotros es la creación. La creación es obra de sus manos y toda ella, canta un himno de acción de gracias a su Creador. Después, y a través de muchos años, Dios nos mandó un Segundo Libro, la Biblia, que no vino para substituir al primero sino para complementarlo. La Biblia fue escrita para ayudarnos a entender mejor el sentido de los acontecimientos y la vida que vivimos.

Jesús, en su encuentro con los discípulos de Emaús usó la Biblia, no tanto para interpretarla y enseñarla, sino que quiso por medio de la Biblia interpretar los hechos de vida y levantar la moral decaída de los discípulos. (Lc. 24, 25-27). Nosotros también nos tenemos que servir del texto sagrado para interpretar a su luz los hechos de vida.

 

La lectura de la realidad, Palabra de Dios


Dios quiere comunicarse con nosotros a través de la realidad de la vida. La vida, los acontecimientos, la historia, todo lo que existe y todo lo que sucede son medios de los cuales Dios se sirve para comunicarse con nosotros. Todo viene de El y todo va a El.

 

Por eso en las reuniones de las CEBs. partimos siempre de los acontecimientos, de la realidad de nuestra vida.

 

Los teólogos dicen que la realidad es un “lugar teológico”, donde está Dios y donde lo debemos encontrar. La gente sencilla afirma lo mismo cuando dice. “Dios nos habla por medio de los acontecimientos”. El texto sagrado nos ayuda a encontrar la presencia de Dios fuera del texto, en la vida misma. La Palabra de Dios presente en el texto está también esparcida, como en germen, en la realidad de la vida. hay que descubrir esa presencia y hacerla germinar y fructificar.

 

Las CEBs. tratan, por lo tanto, de no caer en un peligroso “literalismo” que esteriliza el mensaje. No hay que buscar tanto el “sentido del texto en sí”, cuanto “el sentido que el texto tiene, aquí y ahora, para nosotros”. Se trata, sobre todo, de encontrar el mensaje que está escondido en la expresión literaria.

 

Se quiere ver en la historia de salvación bíblica, no sólo una “historia”, sino también un “espejo”. Es una historia de salvación que debe repetirse en nuestra comunidad. En la Biblia se nos narra la historia de salvación de un pueblo. Es una especie de modelo. Ella tiene que repetirse. La historia de cada comunidad, de cada pueblo tiene que convertirse en una “historia de salvación”.

 

Por lo tanto, sin FE, sin COMUNIDAD y sin REALIDAD no puede lograrse una auténtica interpretación de la BIBLIA.

 

• Sin FE deja de ser un Libro Sagrado.
• Sin COMUNIDAD se cae en el individualismo.
• Sin REALIDAD la Biblia se convierte en un instrumento de alienación.

 

¿Cómo y cuándo contribuye la Biblia a la liberación del pueblo?

 

Cuando la lectura del “TEXTO” bíblico se realiza dentro de un “CON-TEXTO” (comunidad) y ante un “PRE-TEXTO” (realidad).

Si no existen estas tres instancias y cada una de ellas no guarda su propia autonomía, puede suceder que la biblia se convierta, lamentablemente, en un elemento opresor, como pasa en algunas sectas.

 

El “texto” (la Biblia) debe tener su propia autonomía frente al “contexto” (comunidad) y frente al “pre-texto” (realidad). cuando el “texto” se supedita al “contexto” surge entonces una interpretación dogmática y apologética. Cuando se supedita a los intereses del “pre-texto” surge entonces una exégesis ideológica o partidista.

 

Vemos en el gráfico siguiente como se relacionan los tres elementos para impulsarnos hacia un verdadero compromiso:

 

Componentes esenciales para la interpretación de la Biblia

CUADRO

 

La Biblia no es un libro de historias del pasado, ni una recopilación de oráculos divinos. Es la historia de un pueblo que es releída por otro pueblo a la luz de la fe. La Biblia nos enseña a hacer una relectura de nuestros propios acontecimientos a la luz de los designios de Dios. La comunidad toma así conciencia de que ella también está escribiendo su propia historia de salvación. La experiencia histórica de salvación del pueblo judío nos sirve de modelo y de aliciente.

 

Resumiendo

 

1. No podemos vivir nuestra fe sin la comunidad.
2. La comunidad escucha a Dios que le habla a través de la Biblia y por medio de los acontecimientos.
3. En las C.E.Bs. encontramos las 3 cosas:
• Una comunidad de hermanos
• que escuchen a Dios que les habla por medio de la Palabra escrita
• y por medio de los acontecimientos de la vida.

Las C.E.Bs. y la Opción por los Pobres


Los pobres se hacen sentir cada vez más dentro de la Iglesia y dentro de la sociedad. Se ha llegado a hablar de una verdadera “irrupción de los pobres”. Ellos se han hecho presentes, sobre todo, en las luchas de liberación que se libran en nuestro continente. La presencia del pobre es cada día más cuestionadora dentro de la Iglesia. Además, la propia Iglesia ha ido tomando conciencia de que ella no es “para” los pobres, sino la Iglesia “de los pobres”. Es esto justamente lo que hace posible el surgimiento de las CEBs.

 

Jesús vivió la opción por los pobres

 

Para comprender y vivir la opción por los pobres, es necesario mirar a Jesús. Su persona y su práctica son criterio y modelo de la acción de los cristianos.

Jesús nació y vivió como pobre en medio de los pobres. Al llegar a la edad adulta asume la misión de anunciar la “Buena Nueva” a los pobres (Lc. 4,16-22). Al proclamar bienaventurados a los pobres, Jesús está denunciando la pobreza como uno de los males que impiden que este mundo pueda considerarse como una realización del Reino de Dios y expresión de su voluntad. Los privilegiados de Jesús serán los pobres.

 

Esta opción de Jesús por los pobres fue el criterio que caracterizó a las primeras comunidades cristianas. San Pablo les dice a los cristianos de Corintio:

 

“Fíjense a quienes llamó Dios. Entre ustedes hay muy pocos hombres poderosos o que vienen de familias famosas. Dios ha elegido a la gente común y despreciada” (1 Cor. 1,25-29).

 

Como Jesús, la Iglesia se sitúa en medio de los pobres y desde los pobres se dirige a todos sin exclusión, con la invitación de hacerse pobres y asumir la causa de los pobres.

 

La opción por los pobres implica conversión.

 

El documento de Puebla, en el capítulo de la opción preferencial por los pobres, nos recuerda:

“la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres, con miras a su liberación integral” (P.n. 1134).

Y más adelante agrega

“No todos en la Iglesia de América Latina nos hemos comprometido suficientemente con los pobres; no siempre nos preocupamos por ellos y somos solidarios con ellos. Su servicio exige, en efecto, una conversión y purificación constantes, en todos los cristianos, para el logro de una identificación cada día más plena con Cristo pobre y con los pobres” (P.n. 1140).

 

Esta conversión implica fundamentalmente asumir el estilo de vida de Cristo, mirando la vida desde la perspectiva de los pobres y abriéndose a la sociedad en una solidaridad efectiva con los que más sufren.

Algunos pueden objetar que la Iglesia ha estado siempre, de alguna manera, al lado de los pobres. Ese determinado tipo de presencia de la Iglesia cerca de los pobres ha sido, casi siempre, de carácter “asistencialista” y “paternalista”.

 

En forma esquemática presentamos las diferencias que hay entre esas actitudes del pasado y las que exigen una verdadera opción por los pobres.

 

Actitud de la Iglesia para con los pobres

En el pasado

- Desde los ricos.
- El pobre es objeto pasivo y de ayuda.
- Es una postura asistencialista y paternalista.
- Deja intactas las estructuras de la sociedad que producen ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres.
- El pobre es considerado como un individuo aislado.

 

En el presente y futuro

- Desde los pobres.
- El pobre es sujeto activo capaz de transformar el mundo.
- Es una postura liberadora.
- Pretende transformar la estructura social en otra nueva y justa.
- Los pobres son considerados como un grupo, una clase social con una cultura propia y con un proyecto social.

 

Dos características muy importantes de los “Pobres”

 

Los “pobres” son algo colectivo

 

Muchas veces la caridad cristiana ha mirado al pobre solamente en forma individual y aislada. El pobre pertenece a un grupo social, a una raza, a una clase, a una cultura, a un sexo… Al mirar al pobre en forma individual se han desarrollado hacia él acciones de tipo asistencialista, que en nada cuestionaban al sistema, ni afectaban a las causas que originaban esa pobreza.

Los pobres son pobres porque sobre ellos inciden causan profundas que les obligan a ser lo que son y que les impiden ser otra cosa.

 

Optar por los pobres crea conflictividad social

 

Tanto Medellín como Puebla ven a los pobres como producto de sistemas económicos determinados, donde pocos cada vez tienen más y muchos cada vez tienen menos. Hay, pues, un conflicto estructural ya que son nuestras propias estructuras socio-económicas las que “crean” pobres. Existen cada vez más pobres en América Latina porque, día a día, los va generando el sistema imperante.

 

En las CEBs. se llega a analizar y a percibir esas causas que dan origen a esta injusta situación.

La celebración y la oración comunitaria en las CEBs


Las celebraciones y la liturgia ocupan un lugar muy importante en las CEBs. Son siempre celebraciones muy ligadas a la vida y a la situación especial que vive el grupo. A pesar de tantos sufrimientos que padece el pueblo, estas celebraciones irradian siempre entusiasmo y esperanza.

 

Las celebraciones son presencia de Jesús crucificado,Jesús resucitado es el centro de nuestra fe y de la comunidad. A El se le encuentra en la Biblia, en la Eucaristía, en la oración, en la comunidad, en los pobres… En las celebraciones de las CEBs. se da una experiencia personal de la presencia del Señor.

 

Las celebraciones de las CEBs. tienen relación directa con la vida.

 

En estas celebraciones se aprende a mirar la vida con los ojos de la fe. Allí se denuncian los signos de muerte y se proclaman los signos de vida. Se miran y se analizan los acontecimientos desde la perspectiva del Evangelio.

La Eucaristía, por ejemplo, se la relaciona directamente con la vida: el acto penitencial sirve para la autocrítica y la evaluación; el ofertorio se presta para la reafirmación del compromiso adquirido y para la distribución de tareas. El abrazo de paz es un gesto elocuente de amistad que nos sirve para perdonar y para superar naturales resentimientos. La oración de los fieles y los comentarios al Evangelio nacen directamente relacionados con la vida y con las necesidades de los demás.

 

Las celebraciones: fuente de fuerza y de unión de la comunidad.

 

Las dificultades a veces son muy grandes y puede entrar el desánimo. Es en esos momentos cuando es más necesaria la celebración de nuestra fe. En la celebración encuentran las CEBs. lo que es la fuente de su fuerza y de su unión como grupo: el Dios de los pobres.

 

La liturgia, con sus ritos, símbolos, gestos colectivos, plegarias… juega un papel muy importante, no sólo con expresión colectiva de los sentimientos religiosos, sino también como factor cohesionante del grupo. La liturgia en las CEBs. nace del propio grupo y no, como en las parroquias, donde generalmente el culto litúrgico no guarda relación con la vida, con los intereses, con los sentimientos y con los problemas concretos de la gente.

 

Oración desmitificadora

 

Otro rasgo de la liturgia de las CEBs. es el ser profundamente desmitificadora. No pocas veces el lenguaje religioso empleado en los actos litúrgicos ha contribuido a dar a la gente sencilla la visión equivocada de que, tanto el orden social como el orden natural, son queridos por Dios tal y como se nos muestran. Esto ha llevado, no pocas veces, al convencimiento de que no hay que hacer nada para cambiarlos. Así, ante fenómenos hostiles de la naturaleza o ante un orden social totalmente injusto, no quedaba sino rezar o hacer penitencia. De este modo la religión ha sido con frecuencia una poderosa arma en manos de los opresores para justificar injustas situaciones. Algunas sectas en nuestros días se caracterizan por esa predicación alienante y desmovilizadora.

 

En las CEBs. nada hay de misterioso o de mágico. Siempre se da una relación directa entre lo que se celebra y lo que se vive. Por eso su oración tiene un carácter liberador.

 

El lenguaje de los símbolos.

 

En las CEBs., como en toda celebración popular, es muy importante el lenguaje de los símbolos, de los gestos, de los ritos, de los cantos… Eso penetra en sus espíritus mucho más que las charlas o predicaciones. Aquí se abre un campo muy grande a la creatividad de cada grupo.

En nuestras comunidades tenemos que abrir espacios para que los pobres, en su lenguaje y gestos propios, puedan expresar su fe en el Dios vivo.

LA C.E.B. NO ES UN GRUPO DE ORACION, UNA COFRADIA O UNA ASOCIACION PIADOSA


La “Legión de María”; los “Comités de Caritas”, las “Damas Vicentinas”, la “Cofradía del Santo Sepulcro” o los “Terciarios Franciscanos” son asociaciones muy respetables de cristianos que se agrupan para promover el culto a la Virgen María, la ayuda a los más necesitados, la devoción a Cristo muerto por nosotros, o el espíritu de San Francisco de Asía… pero no son COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE. La C.E.B. está llamada y se organiza para vivir todos los aspectos de la Iglesia. No es un grupo más entre estas asociaciones de cristianos. Ella es, fundamentalmente, un grupo de creyentes de la base de la Iglesia.

 

Los distintos movimientos o asociaciones piadosas viven especialmente algunas dimensiones eclesiales. La C.E.B., siendo Iglesia celular, reúne en germen y en acción, todos esos aspectos, y de ningún modo, es una nueva alternativa frente a esas asociaciones. Más bien la respeta y las promueve, pero es consciente de su diferenciación esencial.

 

La C.E.B. NO ES UN GRUPO DE ESTUDIO, DE REFLEXION, DE DISCUSION


Es cierto que en una C.E.B. hay diálogo, hay reflexión , hay estudio de la realidad… Pero la C.E.B. no es eso, ni para eso solamente. La C.E.B. no es un grupo especializado. Asume la globalidad eclesial y, por lo tanto, todo aquello que constituye la Iglesia, aunque al nivel más básico y primario. Es posible que, por el momento, no asuma todos los elementos y actividades eclesiales esenciales, pero, aún cuando no todos esos elementos los explicite en un momento dado, por su propia naturaleza está orientada a ejercerlos cuando lo crea oportuno y necesario.

 

La C.E.B. no es solamente un grupo de base

 

La C.E.B. no es un “Club de Madres”, o una “Junta Vecinal” o una pequeña “Organización de Servicios Comunales”… La C.E.B. no se agota en un grupo natural de base. Los problemas concretos que vive un determinado grupo sociológico pueden ser un buen punto de partida, pero una C.E.B. no se limita a solucionar problemas materiales, sindicales, culturales o comunales. El desafiar y solucionar esos problemas los ve dentro de una concepción global de la liberación, que no se limita a meros triunfos o conquistas materiales. La liberación integral abarca también otras dimensiones fuera de lo material.


La C.E.B. no es un grupo aislado.


Las C.E.Bs. no son un hecho aislado que surge de la buena voluntad de un pequeño grupo de personas. Tampoco son fruto de una determinada planificación pastoral, o del impulso de una persona dinámica… La C.E.Bs. son efecto natural de una toma de conciencia de los pobres como destinatarios privilegiados del mensaje de salvación de Cristo y partiendo de una Iglesia que se define así misma como “pueblo de Dios”. Este esfuerzo de renovación pastoral y de cambio de mentalidad tiene su expresión más importante en el concilio Vaticano II. Las C.E.Bs., POR SER EL NIVEL ECLESIAL MAS INTEGRADO AL PUEBLO, SON PRECISAMENTE LA EXPRESION MAS VITAL DE ESA CONCEPCION. Es su primacía y su dimensión más eficaz.

 

La C.E.B. no es un grupo de protesta.


La C.E.B. no es un grupo de profesionales de la protesta o de la contestación, aunque en ellas esté muy presente también la denuncia profética. La denuncia es uno de los aspectos constitutivos del mensaje de salvación. La injusticia social, la no-autenticidad de muchos cristianos, las manipulaciones de la prensa y la TV, los antivalores de la sociedad de consumo, las riquezas desmedidas y mal habidas, los engaños al pueblo, las mentiras de los Gobiernos y de los políticos, la explotación de los campesinos, la dominación cultural… y tantas otras formas de opresión van a ser valientemente denunciadas por las C.E.Bs. sobre todo cuando afectan directamente a los derechos de las mayorías. Pero esta actitud de denuncia de las C.E.Bs. sobre todo cuando afectan directamente a los derechos de las mayorías. Pero esta actitud de denuncia de las C.E.Bs. va siempre articulada con el anuncio de salvación al pueblo.

 

No se quedan en el mero rechazo. Trabajan en la construcción del Reino, que es Reino de justicia, de amor y de paz.

 

 

Resumiendo

 

1. Las CEBs. no son instituciones piadosas donde la gente se reúne sólo a rezar.
2. Tampoco son grupos de estudio para profundizar temas religiosos.
3. Ni son organizaciones de barrio para profundizar temas religiosos.
4. Una CEB no es un grupo aislado, sin contacto con la Parroquia y con otras organizaciones.
5. Tampoco es un grupo que se junta para protestar ante las injusticias.
6. La CEB auténtica viene a ser una pequeña organización que junta en sí esas cinco dimensiones de la vida.

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Comentarios: 24
  • #1

    monica (jueves, 18 julio 2013 09:44)

    comunidades de base muy bueno

  • #2

    Benjamin (domingo, 12 abril 2015 15:39)

    Radique un buen tiempo en Los Angeles y trabaje con CEB de Los Angeles en la Parroquia Nuestra Señora de Loreto. Ahora me hallo en Lima Peru por razones familiares. Me agradaría sugerencias y/o contactos de coo promover CEB en mi paos. Gracias

  • #3

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    Buen Dia ,,bueno primeramente he leido toda la historia de la cep y digo que me interesa muchisimo los temas dado y que si no es algun molestia me gustaria formar parte ,,asi adquirir mas conocimiento y para poner en practica en mi comunidad...Gracias

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